El método E.C.O.: La clave para una comunicación que transforma

¡Bienvenidos a un nuevo episodio de nuestro blog sobre la gestión del cambio!

Hoy vamos a hablar de algo que es clave para cualquier proceso de transformación: la comunicación. Y no cualquier tipo de comunicación, sino una que enamora, difunde, vende, mide y sorprende. Sí, estamos hablando del método E.C.O., un enfoque que he desarrollado tras más de 20 años trabajando con equipos y analizando cómo la comunicación impacta en los procesos de cambio.

La comunicación como pilar en la gestión del cambio

Sabemos que la comunicación es un eje fundamental en la gestión del cambio, pero no se trata solo de informar, como muchas veces se cree. Es mucho más que eso. La comunicación es recurrente en los modelos de gestión del cambio, como nos explica HCMBoK, y va más allá de transmitir mensajes. Es una herramienta para influir, alinear, y generar el compromiso necesario para que el cambio ocurra. Sin una comunicación efectiva, las iniciativas de cambio pierden fuerza y se diluyen.

En el marco del HCMBOK, la comunicación es vista como un pilar esencial para el éxito de cualquier proceso de cambio organizacional. No se trata solo de una tarea puntual, sino de una actividad recurrente que debe mantenerse desde el inicio hasta la culminación de un proyecto. Esto significa que la comunicación debe estar presente en todas las fases: desde la planificación, cuando se comparte la visión del cambio y se establecen expectativas claras, pasando por la implementación, donde la retroalimentación continua y los ajustes son clave para mantener el compromiso de las personas afectadas.

En la producción, la comunicación sigue siendo vital después de la implementación para asegurar que los resultados y beneficios del cambio sean sostenidos y comprendidos por todos los involucrados. La constancia y la claridad en la comunicación permiten reducir la incertidumbre, aumentar la transparencia y generar confianza, factores que son fundamentales para la adopción exitosa del cambio.

Como hemos dicho antes, la comunicación no es el único elemento en la gestión del cambio, pero es imprescindible. Además de informar, hay toda una serie de actividades orientadas a las personas y a la implementación del cambio, como el Acompañamiento, focos grupales, la formación, y la gestión del feedback. Sin embargo, una buena comunicación sostiene todo el proceso. Nos ayuda a mantener a los equipos alineados, comprometidos, y sobre todo, conscientes de hacia dónde va la organización y por qué.

El método E.C.O. está diseñado para que la comunicación sea mucho más que una herramienta informativa; es una estrategia para construir el cambio desde dentro, dando poder a las personas, manteniéndolas informadas, motivadas y conectadas.

¿Cómo conseguimos que la comunicación no solo informe, sino que realmente transforme? Aquí es donde entra el método E.C.O. Vamos a desglosarlo:

E: Elegir el mensaje útil

El primer paso del método es la E de elegir, y no se trata simplemente de escoger cualquier mensaje. Aquí la clave es identificar las preguntas que las personas en tu organización consideran importantes. Esas preguntas nos ayudan a crear contenido que realmente sea útil, que resuene con las necesidades reales de la gente. No se trata de saturar con una gran cantidad de información, sino de que cada mensaje tenga un propósito claro y una utilidad tangible.

C: Co-crear

La C de este método es co-crear. Y esto es fundamental. No basta con enviar mensajes unilaterales, sino que la comunicación debe ser construida de manera colaborativa. En este paso, no solo decides qué mensajes compartir, sino cómo hacerlo. ¿Va a ser una comunicación disruptiva que sorprenda, o será un contenido más institucional o informativo? ¿Es el momento adecuado para ser lúdico y captar la atención de forma divertida?

Otra parte esencial de la co-creación es involucrar a distintas personas de la organización en el proceso de comunicación. No pueden ser siempre los mismos los que hablen. Darle voz a otros miembros del equipo diversifica los mensajes y aporta frescura y legitimidad a la información que se comparte.

O: Organizar

Finalmente, tenemos la O de organizar. Aquí es donde todo cobra sentido. Una buena comunicación no se improvisa, se planifica. Y el enfoque es hacerlo como una “lluvia fina”, es decir, que los mensajes vayan calando de manera constante y progresiva. Esto permite que la comunicación sea efectiva sin llegar a ser abrumadora, que se mantenga el interés, y que cada paso del proceso de cambio esté respaldado por una comunicación clara, coherente y alineada con los objetivos de la organización.

¿Tienes alguna experiencia implementando un proceso de cambio en tu organización? ¡Déjame tu comentario!

 

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